Otros ejemplos de descripciones

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Es joven. Lleva playeras blancas. Se ve su cuerpo alto y flexible, la blancura de su piel en este verano de sol, su pelo negro. Sólo podría verse su rostro a contraluz, desde una ventana que diera al mar. Lleva short blanco.En torno a las caderas, un pañuelo de seda negra, negligentemente atado. En el pelo, una cinta azul oscuro que debería hacer presagiar el azul de los ojos que no se puede ver.
Marguerite Duras, Los ojos azules pelo negro

El Alcázar de alzaba en lo alto de un risco desde donde se podían ver a lo lejos los picos de la Sierra de Guadarrama y la llanura, regada por el río Manzanares.Era una imponente masa de piedra que había ido elevándose en torno a lo que una vez fuera una poderosa fortaleza erigida por los moros cuando conquistaron España. Ahora era uno de los palacios de los Reyes de Castilla.
Jean Plaidy, Castilla para Isabel

La mujer bajando del coche de cuatro caballo, del olor de azahares, del cuero de Rusia. La mujer, en el jardín que ahora hacemos enorme y donde hacemos crecer plantas exóticas, avanzando implacable y calmosa, sin necesidad de desviar sus pasos entre rododendros y gomeros, sin rozar siquiera los rectos árboles con orquídeas, sin quebrar su aroma inexistente, colgada siempre y sin peso del brazo del padrino.
Juan Carlos Onetti, La novia robada

El candil hacía ruidos pequeños y finos semejantes al tono con que hablaba la mayor de las señoritas; el ropero veneciano, con su puñado de lunas, tenía algo del ir y venir y del multiplicarse de las dos hermanas; también las luidas y costosas alfombras eran comparables a sus almas.
Guadalupe Dueñas, Al roce de la sombra

Orozco pintó, en 1903, el Prometeo. Un cuerpo que secciona la superficie en audaz diagonal. Para subrayar el vigor del movimiento, la pierna derecha, de dimensiones supranormales está extendida (impresionante ejemplo de forma funcional). Otras dos diagonales se disparan por encima de las cabezas, por encima de las multitudes humanas. Es como si el cuerpo erguido, de tensión sobrehumana, estuviera a punto de reventar la superficie pictórica y aun la arquitectura de la sala. El marco arquitectónico, demasiado estrecho, obstruye la trayectoria del movimiento; actúa como contrafuerza, refrenando y sujetando con violencia el ímpetu que brota del cuerpo ( impresionante ejemplo de auténtica integración plástica). Como para defenderse contra el empuje de esta pasión, Prometeo alza las manos por encima de la cabeza. Manos y brazos están desarrollados como diagonales contrapuestas a la diagonal dominante.
Paul Westheim, El Prometeo de Clemente Orozco